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Foto del escritorErick Velásquez

¿Aló?... - Desde un teléfono celular “basura” de hace 15 años

Necesitamos diseño en el corazón de la humanidad.


 

¿Puedes imaginarte un mundo donde cambiar tu celular sea por necesidad y no por obsolescencia? ¿Qué pasaría si los productos, servicios y sistemas que diseñamos, fueran hechos para un bien común? ¿Un mundo donde trabajamos para todos y no para uno? 

 

Suena un poco irrealista. No porque sea imposible, sino porque nuestra mente está programada para NO CREER que es posible.  


Te cuento un poco.  He descubierto muchos datos curiosos acerca de la sustentabilidad y el diseño combinados, temas que hoy en día me encantan. Sin embargo, combinarlos en la vida real me es difícil y creo que a muchos diseñadores les pasa igual. 

 

Pero… ¿Por qué? 

 

Esta duda la tuve por mucho tiempo, hasta que leí este libro: 

Design for a better world por Don Norman. 

 

Me dejó muchos insights qué aprovechar e investigar. Te los comparto: 

  • Vivimos en un mundo artificial. 

  • Diseño centrado en la humanidad. 

  • Los diseñadores somos agentes de cambio. 

 

El análisis que hace Don Norman en su libro nos hace reflexionar acerca del mundo en el que vivimos, cómo vivimos y cómo podría mejorar.  

 

Actualmente vivimos en un mundo artificial, el cual no ha sido diseñado por un único ente, sino un mundo en el cual se ha diseñado y modificado a través del tiempo y las generaciones pasadas. 


Los objetos cotidianos, la forma de gobernar, la burocracia - hablando de jerarquía -, el tiempo, etc. son artificiales. Cuando me refiero a algo artificial, es todo aquello que fue creado por el hombre para constituir o dar un orden y tener un beneficio en la vida cotidiana. 

Sin embargo, el problema aquí es que ya vemos todo eso como algo “natural”. Convivimos todo el tiempo con ello, por lo que un cambio drástico en nuestro sistema artificial puede resultar bastante complicado y a la vez frustrante. 

 

Y ahora, como diseñadores, nos gusta crear productos que sean innovadores, llamativos, sustentables y sobre todo que aporten al usuario una mejor calidad de vida. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nos regimos por el mundo artificial, el cual busca un poder económico y sostenible en el tiempo para el desarrollo y sustento de las empresas. Y es aquí donde muchas veces puede haber rechazo, debido a que las características que desearíamos colocarle al producto no son posibles debido a la aceptación del mercado, el cual ya se encuentra acostumbrado a un sistema de modas, valor, y aceptación para el mismo consumidor. 

 

Un buen ejemplo de rechazo de productos enfocados en nuestra sociedad y medio ambiente es el cómo los productos más actuales se presentan como innovadores. Las empresas lanzan un nuevo modelo año con año, reemplazan el anterior haciéndolo “anticuado” y dando paso a un objeto “mejorado”. A esto se le conoce como obsolescencia a través del progreso, el medio artificial para un fin económico - pues, la economía también es artificial al ser un invento del humano desde los tiempos del trueque ;) 

 

Al final, nuestro mundo artificial nos dicta que debemos ser económicamente sostenibles en el tiempo. 

 

Pero ¿cómo podríamos mejorar todo esto a favor de nuestra sociedad? 

 

Por lo general diseñamos para un usuario, el humano. Cuando fue creada la metodología de diseño centrado en el usuario, su enfoque principal fue en personas individuales. Sin embargo, existe otra forma de diseñar y ayudarnos entre nosotros: 

 

Diseño centrado en la humanidad. El reto de diseñar para preservar la interacción humana con los productos y también para las personas como miembros de nuestra sociedad. 

 

Nuestros diseños dentro de un contexto de humanidad, como dice Don Norman, “debe ser sensible al impacto que la manufactura, uso y desecho de productos físicos tiene en el medio ambiente". Atándolo al contexto, debemos diseñar con el objetivo de no solo crear un producto innovador que ayude al usuario, sino que ayude a todos los que convivimos con él, ya sea directa o indirectamente. Esto incluyendo a nuestro ecosistema, medio ambiente y territorio cultural. 

 

Al igual que como en Mueca nos guiamos sobre la metodología para los servicios que ofrecemos, todos debemos enfocarnos en mantener satisfechas a las partes involucradas. Esto con el objetivo de que no solo el cliente obtenga un buen resultado, sino que también la sociedad en la que se está enfocando, tengan una buena experiencia y se encuentren satisfechos con el resultado del producto o servicio. 

 

Dentro de la teoría de Diseño centrado en la humanidad, existe una parte muy importante, Diseñar con la comunidad. Realizar estos proyectos involucrando a la sociedad a la que impactará, para luego tener un producto que sea para bien de todos. De hecho, nosotros los diseñadores somos entes capaces de ser facilitadores entre la sociedad y los ejecutores del proyecto.  

 

Por eso... Los diseñadores como agentes de cambio 

 

Los diseñadores somos conductores de la orquesta... del bus...del proyecto - seguramente ya has escuchado esta frase o en alguna de sus versiones. Lo más importante es que comprendas que tenemos la capacidad de ser ese conductor, el líder y punto de conexión en un equipo multidisciplinar. Solo debemos creérnoslo y salir a diseñar. 

 

En un tiempo y espacio donde se diseña para comunidades o sociedades, debemos tener siempre en mente esto, ya que trabajaremos de la mano de expertos en otras ramas como ingenieros, médicos, financieros, etc. Sabemos que ellos son los mejores en su ocupación, pero existe un plus al desarrollarlo con nosotros los diseñadores, el cuál es nuestra capacidad de integrar al usuario, a la sociedad, otras especializaciones y el diseño, esto con el objetivo de desarrollar cosas únicas. 

 

Por ello (de una forma romántica pero cierta) puedo decir que nosotros somos de las pocas personas con la facultad de entender a la gente y sus necesidades. Tenemos la capacidad de entablar una conversación, obtener información, y traducirla a un producto o servicio a través de diferentes métodos. 

 

En nosotros (los diseñadores) vive el cambio, solo es de aplicarlo y ser justos con todas las partes involucradas.  

 

Y es cierto que no todos los proyectos que generemos podremos desarrollarlos de una manera sustentable ambientalmente, o enfocada en la sociedad. La burocracia (jerarquía) del mundo artificial en el que vivimos no siempre nos lo permite, y en un mundo ideal sería genial que todos se desarrollaran de esa forma, pero en nosotros queda intentar buscar esos espacios para aportar nuestro granito de arena. La sociedad y el medio ambiente nos lo agradecerán. 

 

Ahora, respondiendo a las preguntas iniciales, pienso que seguramente estaríamos viviendo dentro de un sistema reforzado que apoyará un bien común, nuestras personas, nuestra sociedad y nuestro planeta. Definitivamente seríamos una sociedad más educada ambientalmente y, con el objetivo de vivir bien con lo que se tiene, aprovecharíamos los recursos, compraríamos por necesidad real, no impuesta por el mundo comercial y sobre todo seriamos más conscientes del medio ambiente y el cambio climático que actualmente ya vivimos y nos afecta todos.  

 

Todo esto generaría un cambio enorme en el mundo, dándonos la oportunidad de una mejor vida… Porque, por ahora, nosotros mismos estamos construyendo nuestro fin. 

 

Muchos estamos acostumbrados al mundo artificial en el que vivimos, y cambiamos de teléfono sin causa alguna, por moda, porque se me rayó de una esquina, etc. Existen sin fin de excusas, pero la que es evidente, es nuestro comportamiento.  

 

Según la EFE, agencia informativa multimedia de España, se venden aproximadamente 4,14 millones de celulares al día en el mundo (2019). También menciona que unos 5,300 millones de teléfonos celulares y smartphones se dejaron de usar en 2022, lo cual los convierte en basura (2022). 

Si tan solo el celular lo cambiáramos por necesidad, estaríamos ayudando al planeta reduciendo las emisiones de gases, y el calentamiento global. Sabemos que no es el único producto que se vende de la misma forma, sin embargo, es el ejemplo de referencia. Si redujéramos ese consumo masivo, definitivamente nuestro planeta sería más sano. 

 

Y sin ir muy lejos, si nosotros (los diseñadores guatemaltecos) enfocáramos nuestros esfuerzos en desarrollar productos o servicios para nuestra sociedad, definitivamente estaríamos ayudando a nuestra comunidad; una que necesita amor y sobre todo entendimiento. Sabemos que la burocracia (jerarquía) tiene muchas cosas de nuestro país en mal estado, pero aliarnos en la búsqueda de un mejor futuro nos daría una mejor Guatemala. 

 

En fin, para crear un mayor impacto en la sociedad, solo debemos estar dispuestos a aprender entre diseñadores, mantener en mente el aporte que queremos entregar y confiar en el proceso. Es cuestión de demostrar nuestro valor para ayudar a cambiar el mundo. 






Erick Velásquez

Diseñador Industrial y MBA

Amante del diseño práctico, entusiasta de los números y apasionado por la exactitud.

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